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Biopics

Elton John: Un talento monumental para la historia

Texto: Mario Eduardo Vargas

Reginald Kenneth Dwight, nacido en Pinner, Middlesex (Inglaterra), el 25 de marzo de 1947, tuvo una infancia penosamente agridulce. Por un lado, sus progenitores jamás le brindarían amor en su niñez y ello marcaría a la futura superestrella de la música popular para siempre. Su padre, Stanley Dwight, aviador de la Fuerza Aérea Real frío y parco, nunca mostraría un mínimo de afecto por él. Cuando Reggie le pregunta a su padre cuándo va a dignarse a abrazarlo, nos encontramos frente a un caso de desesperante indiferencia paternal. Su madre, Sheila Eileen (antes Harris), quien sabía que el padre se sentía irremediablemente atado a ellos, era tratada con indiferencia por su cónyugue y volcaba esa frustración en su actitud autoritaria y también desapegada hacia el niño. Pero por otra parte, el pequeño Reg tendría a la música como propósito de vida para sobreponerse a su timidez, soledad y constantes depresiones.

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Cada vez que nos aprestamos a ver una biopic nos hacemos la pregunta obligada: ¿qué porcentaje de la trama será real? Rocketman, dirigida por Dexter Fletcher y brillantemente estelarizada por Taron Egerton en el papel principal, ocupa más de sus 15 minutos iniciales en la contextualización de la falta de amor en los años formativos del músico y la dramática incidencia que ese hecho tendría en su personalidad. En Captain Fantastic: Elton John's Stellar Trip Through The 70s, revelador libro escrito por Tom Doyle, Reg Dwight confiesa: "No tuve confianza hasta que comencé a actuar sobre los escenarios y dejé que esa otra mitad de mí saliera a la superficie. Fuera del escenario, seguí siendo el chico tímido que era. Me sentía cómodo sobre el escenario, pero no mucho cuando bajaba de él. Aunque me divertía en grande, seguía siendo una persona insegura y nerviosa. Ser exitoso no cura eso. De hecho, lo que hace es dificultar más las cosas porque entonces la diferencia entre el personaje sobre el escenario y la persona normal que eres, desaparece".

Quienes vivimos los 1970s fuimos testigos de la estatura artística que alcanzaría Elton John en esos años; particularmente en el período 1970-1976, cuando prácticamente no tenía rivales a la vista en las listas de éxitos o en cuanto a ventas de discos se refería. Ni Led Zeppelin, Queen, Abba, The Bee Gees, Wings, The Rolling Stones, ELO, Eagles, Donna Summer o Barry White pudieron competir con él. Elton John fue gigantesco. Su irrupción en las grandes ligas de la música popular, su rápido ascenso al superestrellato, los millones que cambian drásticamente su vida, su homosexualismo y múltiples adicciones (alcohol, drogas y sexo), se constituyen en los pilares fundamentales de la trama de la cinta. Y claro, está la música, la maravillosa música compuesta con las letras de Bernie Taupin, con quien se asociaría por esos caprichos inexplicables del destino para producir algunas de las melodías y letras más inolvidables de la historia.

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Elton y Bernie empleaban un proceso creativo muy particular para componer. Taupin le enviaba al pianista sus letras por correo y éste les ponía música. Así se originarían las primeras joyas del talentoso dúo de autores: "Your Song", "Daniel", "Border Song", "Honky Cat" y "Tiny Dancer". Recomendamos a los melómanos más jóvenes tomarse un tiempo en YouTube Music o Spotify para escuchar sus impactantes álbumes de esos años: Elton John (1970), Honky Chateau (1972), Don't Shoot Me, I'm Only The Piano Player (1973), Goodbye Yellow Brick Road (1973), Caribou (1974), Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy (1975), Rock of the Westies (1975) y el exquisito Blue Moves (1976). La sociedad John-Taupin, es pertinente decirlo, continúa vigente luego de algo más de medio siglo.

Rocketman --con sus altas y bajas-- encaja más en el formato de musical de la era de oro de Hollywood (décadas de los 1940s y 1950s) que en biopic moderna. Son los protagonistas de la historia que se está narrando quienes cantan las canciones y es aquí donde Taron Egerton brilla con luces propias. A tal extremo, que el propio Elton diría luego de ver la película por primera vez que no recordaba que alguien más hubiese interpretado sus canciones tan bien como él. Uno de los momentos más emotivos de la película lo brinda la escena en la que el músico compone "Your Song", tal vez una de sus canciones más recordadas. Ver la hermenéutica de trabajo que empleaba, obliga a ponerse de pie para aplaudirlo. Deténganse por unos instantes a considerar que tienen frente a ustedes un texto cualquiera (o una poesía) al que tienen que ponerle música, con todo el grado de dificultad inherente que ello conlleva. No cuesta mucho darse cuenta que se requiere un don poco común para poder plasmarlo.

La película producida por Lawrence Bender, David Furnish, Adam Bohling, David Reid, Matthew Vaughn y el propio Elton John, es explícita en lo que toca a un tema que no hace mucho era considerado taboo. En esta era de los derechos de la comunidad LGBT no extraña, entonces, que se vean escenas bastante expresivas del primer encuentro sexual entre Elton y John Reid, primero su amante y posteriormente manager durante algunos años. Pero eso no es todo: se ha puesto mucho cuidado incluso hasta en detalles aparentemente irrelevantes para "acomodar" la historia de la mejor manera posible. Se le ha cambiado, por ejemplo, el significado a dos líneas de la canción "Rocket Man". En la versión original, éstas se leían: "I miss the earth, I miss my wife...". En la versión "actualizada" escuchamos: "I miss the earth, I miss my life...". Se trata, aquí, de que no queden dudas respecto a la orientación sexual del músico,.pero... ¿era necesario hacerlo? Personalmente, creemos que es un exceso. Después de todo. la letra --a no olvidarlo--, la escribió Bernie Taupin, cuya preferencia sexual siempre ha sido abiertamente heterosexual.

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Rocketman, en síntesis, no está a la altura de lo que esperábamos. La info de la película en Wikipedia revela no menos de una docena de las (aberrantes) incoherencias factuales ya mencionadas. La que más nos molestó fue aquella que asegura que Elton John tomó prestado el "John" para su nombre artístico de John Lennon, cuando en realidad se inspiró en Long John Baldry, su mentor (éste había contratado a Bluesology, agrupación de Elton, como banda de apoyo a fines de los 1960s), y que era indisimuladamente homosexual, hecho que el joven Reginald Dwight tiene que haber admirado. Rocketman pone demasiado énfasis en la lucha de Elton con sus inumerables demonios hasta el inevitable momento en que se da cuenta que necesita ayuda profesional. Resaltar lo que el espíritu humano es capaz de lograr cuando se lo propone, es noble; y es éste el segmento de la película (ocupa casi la última media hora) el que literalmente la rescata de medianía. Lamentablemente, sin embargo, se dramatiza demasiado ese hecho y se tergiversa groseramente varios hechos reales para darle cuerpo a una "fantasía" pre-establecida. Los millennials y soldados de la generación x muy posiblemente no hayan reparado en las incongruencias factuales ya marcadas; pero para aquellos de nosotros que pertenecemos a la raza melómana (¿en vías de extinción?), relegar a la música a segundo plano resulta poco menos que imperdonable. Respetamos la trayectoria de Sir Elton John, a no dudarlo, pero nos interesa su legado musical, no detalles sobreabundantes del período desenfrenado de su vida que opacan todo lo excepcional que en términos musicales lograría en ese interín. No consideramos que exista un balance óptimo en este sentido. Pero claro, los mandamases del séptimo arte están en la obligación de vender "historias" y las deforman como mejor sirva a sus intereses. Sir Elton figura como Productor Ejecutivo de la película, así que el guión, en realidad, tiene que haber tenido su visto bueno final.

 

Rocketman es un homenaje oportuno a uno de los músicos más importantes de la era del rock que ya ha recuperado sus costos de producción con amplio margen a favor. A la fecha, la cinta lleva recaudados casi 200 millones de dólares, mientras que el presupuesto para producirla rondó los 40 millones de dólares. Pese a ese rendimiento más que óptimo, la biopic del otrora extravagante artista muy difícilmente podrá desplazar a Bohemian Rhapsody, la más taquillera de la historia (más de 904 millones de dólares a nivel mundial). Calificación: 7/10.

 

Pero el músico es también noticia en otros ámbitos. En la edición de la longeva revista especializada Billboard correspondiente a noviembre de 2019 --125° Aniversario de la publicacción--, Elton John se ubica en el tercer lugar de una lista confeccionada de los 125 artistas más importantes de la historia detrás de The Beatles (primer lugar) y The Rolling Stones; es decir, es el solista número uno. No es poco. Por otra parte, el notable cantautor se encuentra en medio de una gira de despedida de 3 años (un total de 300 presentaciones) que va a mantenerlo ocupado hasta diciembre de 2020. En los primeros 8 meses del Farewell Yellow Brick Road (septiembre de 2018 a marzo de 2019), la gira del adiós definitivo, ya se llevan recaudados más de 125 millones de dólares; las proyecciones cuando la maratónica tournée concluya, descuentan que se recaudarán más de 400 millones de dólares. Finalmente, se acaba de lanzar al mercado Me, su autobiografía, que de acuerdo a las primeras críticas que hemos leído revela muchos, auténticos y sabrosos detalles, en contraposición a las incoherencias históricas (y hasta absurdas) del caprichoso guión de Rocketman. Ansiamos tener una copia a la brevedad posible para compararlo inmediatamente con Sir Elton, biografía escrita por Philip Norman.

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